No hace falta que decidas nada
ni que pienses en lo que va a pasar,
tan sólo ponle ganas, intención,
baja la guardia, vívelo, disfruta,
siente, déjate llevar...
Porque a unas malas
¿qué puede pasar?
¿que nos tengamos que olvidar?
No se tú, pero yo
ya estoy acostumbrada
a llenarme de ilusiones
y vaciarme de esperanzas.
Y no me arrepiento,
todo lo contrario,
mientras me ilusionaba
siempre disfrutaba.
Así que si no funciona
no me sentiré vacía
porque estaré recordando
lo que entonces sentía.
Y esas cenizas serán
las que me vuelvan a dar
ganas de volver a empezar
con otra persona de nuevo,
porque guardaré un buen recuerdo.