martes, 26 de abril de 2016

Nada y Todo

Somos Nada y Todo.
Diminutos e inmensos, 
capaces de visualizarnos
en el infinito del Universo 
y en la mínima partícula 
de una gota de agua. 

Creamos amor y odio, 
guerra y paz, 
sombra y luz, 
vida y muerte... 

¿Qué será lo que no entendemos 
para actuar como si fuésemos,
cada uno de nosotros, 
el centro de Todo,
en vez de pensar 
que ni todos juntos 
somos realmente Nada?

A mí, personalmente,
me gusta sentirme ínfima, 
diminuta, minúscula.
Y me gusta sentirme inmensa,
grandiosa,
capaz de todo.

Capaz para saber,
diminuta para aprender.
Ínfima para valorar,
inmensa para hacerme de valer.
Minúscula para saber 
que soy grandiosa para querer.