martes, 26 de abril de 2016

Nada y Todo

Somos Nada y Todo.
Diminutos e inmensos, 
capaces de visualizarnos
en el infinito del Universo 
y en la mínima partícula 
de una gota de agua. 

Creamos amor y odio, 
guerra y paz, 
sombra y luz, 
vida y muerte... 

¿Qué será lo que no entendemos 
para actuar como si fuésemos,
cada uno de nosotros, 
el centro de Todo,
en vez de pensar 
que ni todos juntos 
somos realmente Nada?

A mí, personalmente,
me gusta sentirme ínfima, 
diminuta, minúscula.
Y me gusta sentirme inmensa,
grandiosa,
capaz de todo.

Capaz para saber,
diminuta para aprender.
Ínfima para valorar,
inmensa para hacerme de valer.
Minúscula para saber 
que soy grandiosa para querer.






domingo, 24 de abril de 2016

Así lo imagino

Tal y como yo lo imagino 
será como despertar en un abrazo,
amanecer entre besos, 
madrugar entre suspiros.

Comer separados 
para poder pensamos.
Atardecer con ganas 
de juntarnos.

Cenar no... cenarnos...
Desvelarnos con susurros.
y no dormir hasta saciarnos.

No estar siempre de acuerdo 
Aprendernos, enseñarnos,
exhibirnos sin juzgarnos.

Leernos, cantarnos,
escribirnos y 
dedicarnos.

Andar juntos el mismo camino 
cambiándonos los zapatos.
Limpiarnos los miedos,
los temores y los fracasos.

Recogernos cuando caigamos.
Animarnos a superarnos.
Subirnos y bajarnos 
al ritmo que queramos.

Vivirnos, disfrutarnos.
Eso creo que será 
amarnos...

Así lo ven mis ojos.
Así lo sueño.
Así lo espero.
Así lo deseo.

Así que si sueñas lo mismo 
ya estás tardando,
yo sigo esperando...

Porque si no, 
Prefiero morir con ilusiones 
que vivir de tristes realidades.
















sábado, 23 de abril de 2016

La maleta

Vivo en el aeropuerto,
en la cinta transportadora.
Se olvidaron de mí 
y aquí me dejaron.
Aún hoy sigo esperando 
que vengan y me recojan.

Viajamos juntos por un tiempo 
visitando los rincones del sentimiento,
Y cada vez estaba más y más llena,
costaba mucho cerrar la cremallera.

Pero en los últimos viajes que hicimos 
fue sacando poco a poco las cosas.
Luego las metía desordenadas,
ya no encontraba lo que buscaba.
Así que las fue tirando una a una
hasta que ya no quedó casi nada.

Ahora mi maleta está vacía.
Sólo hay una carta 
y ni siquiera es de despedida.
Es un as de corazones 
de una baraja vieja y raída.





martes, 19 de abril de 2016

Hagamos un trato

Tú lléname de
frases bonitas,
de canciones,
de ilusiones,
de sueños,
de risas,
de abrazos,
de besos,
de deseo.

Y yo te vaciaré
de malos recuerdos,
de preocupaciones,
de inquietudes,
de angustias,
de insomnios,
de recelos,
de miedos.

Y prometo llenarnos
de bellos momentos,
de recuerdos,
de emociones,
de sentimientos,
de pasiones,
de suspiros 
sin aliento,
de ganas de más,
y de echarnos de menos.





viernes, 15 de abril de 2016

Si no funciona

No hace falta que decidas nada
ni que pienses en lo que va a pasar,
tan sólo ponle ganas, intención,
baja la guardia, vívelo, disfruta,
siente, déjate llevar...

Porque a unas malas
¿qué puede pasar?
¿que nos tengamos que olvidar?

No se tú, pero yo
ya estoy acostumbrada
a llenarme de ilusiones 
y vaciarme de esperanzas.

Y no me arrepiento, 
todo lo contrario,
mientras me ilusionaba
siempre disfrutaba.

Así que si no funciona 
no me sentiré vacía 
porque estaré recordando 
lo que entonces sentía.

Y esas cenizas serán 
las que me vuelvan a dar 
ganas de volver a empezar
con otra persona de nuevo,
porque guardaré un buen recuerdo.









viernes, 8 de abril de 2016

Volteretas

A la vida le hago volteretas.
Porque...

Vivo en esa sensación 
De no tener los pies en el suelo.
Dejándome llevar por la inercia.
Verme boca abajo,
Y al dar media vuelta,
Pisar otra vez la tierra.
Y volver a girar de nuevo
Como si fuera una ruleta.

Y no quiero, pero me gusta,
Y al mismo tiempo me asusta,
Porque esa inseguridad segura
Es la única que conozco 
Y en la cual me reconozco.

Y la vivo,
Y la sufro,
Y la disfruto 
Porque aunque no quiera,
No me queda más remedio 
Que seguir girando mi rueda.

Y sé que nunca va a parar
Esa rueda de girar...





Viernes, 8 de Abril 2016

miércoles, 6 de abril de 2016

La estrella que más brilla

Mi madre tenía 76 años cuando murió. Su vida había sido difícil, trabajada, cansada… No era adoptada, era “dejada” por un padre viudo y borracho que no quiso hacerse cargo de ella. 

Nació con la guerra civil y vivió una tremenda posguerra. Pasó penalidades, necesidades, pero nunca hambre, porque los padres que la acogieron jamás lo hubieran permitido. De ellos aprendió que nadie regala nada y que quien quiere algo, algo le cuesta. Y un montón de buenos valores que la convirtieron en una buena persona. 

Pero por muy mal que lo pasara, nunca se quejaba, porque:

Mi madre era fuerte y valiente. Fuerte como sólo las madres pueden serlo, ante la adversidad se crecía y luchaba con un coraje increíble. 
Era capaz de aguantar provocaciones con una sonrisa, y después con una frase dejaba al ofensor sin palabras. Tan solo tenía un absurdo miedo a las tormentas, por absurdo lo habré heredado...

Mi madre era muy trabajadora. Más bien era multi-tareas. Igual la veías planchar con un brazo mientras con el otro daba un biberón o nos limpiaba los mocos. Trabajaba a destajo y el día nunca tenía suficientes horas.

Mi madre cosía mucho y muy bien. Siempre andaba entre telas e hilos ideando nuevos modelos. Más de una vez llegaba de trabajar y me decía: "En el armario tienes algo nuevo"... Al día siguiente estrenaba un vestido que además me quedaba perfecto.

Mi madre era muy alegre. Siempre estaba cantando y riendo. Contaba historias tristes de su pasado pero siempre encontraba una anécdota divertida. 

Mi madre era muy positiva. Para ella, de cualquier cosa mala que sucediera se podía aprender algo bueno. Si la vida le daba limones, hacía pastel de limón y merendábamos todos. 
Siempre tenía palabras de aliento para que nos enfrentáramos a nuestras adversidades y avanzáramos con la cabeza alta, sin mirar atrás.

Mi madre era muy comprensiva. Y eso que era de otra época... Los palos de la vida le hicieron ver que, o dejaba atrás sus prejuicios, o no había manera de entender a la nueva generación. Y es que "los nuevos" llegamos guerreros: alcohol, drogas, sexo... Y tuvo que adaptarse y estudiar mucho para poder entendernos. Pronto se puso al día y ya nos daba clases a todos.
Era tan comprensiva que era mi mejor amiga, sin dejar de ser mi madre. Y también era amiga de otras muchas personas. Y es que sabía escuchar y daba muy buenos consejos, porque la sabiduría sólo te la proporciona la edad.

A mi madre le apasionaba leer. Sí, y mucho. Tuvo que dejar el colegio de niña para trabajar, pero nunca dejó de aprender. Encontraba tiempo. ¿De dónde? Aún me lo pregunto. Ella sola llevaba una casa con ocho personas, lavaba, planchaba (hasta los trapos de cocina), limpiaba, hacía desayunos, comidas, meriendas y cenas siempre a su hora, trabajaba, cosía, veía la tele, salía de compras y leía... Mi súper heroína…

Mi madre sabía muchas cosas. Siempre estaba al tanto de las noticias, del periódico... Como no fue apenas al colegio nos cogía los libros de estudio y los leía con pasión. Cualquier pregunta que le hicieras era capaz de contestarla, y si no en el momento al poquísimo tiempo. Y eso que por entonces no existía Internet. Los cálculos matemáticos más complejos los resolvía a la “cuenta la vieja” y acertaba siempre en el resultado. Le encantaban los puzzles, jeroglíficos, adivinanzas, porque le gustaba desafiarse.

Mi madre no dormía. Sólo la veía dormitar 15 minutos después de comer y recoger la cocina. Nada más. Siempre estaba despierta cuando yo llegaba o cuando yo me levantaba. Y mis hermanos, con diferentes horarios al mío, tampoco la vieron nunca dormir. Se acostaba en la cama, pero por muy despacio que dijeras "mamá", ella contestaba.

Mi madre era muy generosa. No pensaba nunca en ella. Siempre miraba por el bienestar de los demás y creo que nunca llegó a plantearse el suyo.

Mi madre era muy guapa. Por dentro y por fuera. Decía que tenía arrugas de lo mucho que reía, y cicatrices de las carcajadas. Le encantaba cumplir años. Como era el día de San José, hacía buñuelos y chocolate y nos invitaba a todos a desayunar. Para ella la edad no era el descuento del tiempo que le quedaba, sino la suma del tiempo que había disfrutado.

Mi madre hace unos días hubiera cumplido 81. Hoy hace 5 años que murió...

Mi madre era muy buena. Muchísima gente la quería. 

Y seguro que la siguen queriendo.

Como yo, que no la olvido ni un solo día.

Mi madre es la estrella que más brilla, mi aliento cada día y mi consejera por las noches.


Te trobe a faltar mare.

Te quiero mamá.




martes, 5 de abril de 2016

Fría

Me voy apagando, enfriando,
como si de las nubes cayeran 
gotas frías de una ilusión,
que apenas empezaba
y ya está fría y acabada.

Y me cuesta respirar,
y no puedo ni llorar,
por lo que hubiera querido
que no quedara en el olvido.
porque el miedo es la prisión
donde encerraste mi corazón.

Tal como lo sentí lo expresé,
con distintas palabras,
con distintas canciones,
con distintos silencios.
No era amor, o eso creo,
sólo el sueño de tenerlo.

Aunque yo ya lo sabía,
sin querer te llamaba.
Y tú más te enfriabas.
Y yo más me enfriaba.
Porque si no se cuida 
la ilusión se enfría.

No fui yo. Fuiste tú.
Venció tu miedo al mío.
Y sigo sin saber porqué.
Ni siquiera sé que fue.
¿Qué pasó para alejarte
sin ni siquiera acercarte?


Para ti es mi deseo,
que en la próxima ocasión,
y antes de que sea tarde,
no dejes con ilusiones a nadie.
Porque algún día te verás 
al otro lado del espejo
y sabrás lo que se siente
siendo tu propio reflejo.

Yo para mi solo quiero 
haber aprendido, al menos,
y que no me vuelva a pasar,
que no me vuelva a ilusionar,
de quien dice tenerme miedo.

Así que ya nos vamos
cada uno por su lado,
porque ya me estoy cansando
del juego al que estoy jugando.








No son solo palabras

Los "me gustas" crean ilusiones.

Los "te valoro" aportan confianza.

Los "te deseo" generan fantasías.

Los "te quiero" despejan dudas.

Los "te amo" establecen compromisos.

Los "te necesito" alimentan mentiras.

Los "para siempre" ahogan relaciones.


Así que dime.... 
Tú que quieres decirme?