Amar no es saber recibir, ni alegrarte profusamente de lo que te dan.
Amar es dar. Es una mirada a escondidas, un abrazo impulsivo, un beso robado, un detalle sin aniversario...
Amar es saber lo que le hace feliz y hacer todo lo posible por lograrlo. Buscar el regalo perfecto, dedicar tiempo a pensarlo...
Amar es conocerlo, saber los límites de su paciencia, de su dolor, de su capacidad de aguantar y no traspasarlos.
Es respetar sus silencios, ayudarle con sus miedos.
Amar es ansiar verlo, desear tenerlo.
Amar es no hacer daño a conciencia, no mentir, no engañar, no hacer algo que sabes que le dolerá y quizás abra una grieta imposible de reparar en la pared llamada confianza.
Amar es renunciar a la soledad y dar la bienvenida a compartir una vida.
Amar no es intentar, amar es hacer.
No es descuidar, es sorprender.
Ni es prometer sino cumplir.
Amar es ayudarle a recomponer sus pedazos después de una pérdida, una enfermedad, una desilusión, una traición...
Es tener tu hombro y un pañuelo siempre preparados.
Amar es construir juntos un presente y un futuro y comprender un pasado.
Amar es jugar, bromear, reír, acariciar, abrazar, besar, provocar...
Amar es cosa
de todos los días,
de todos los años,
de todas las vidas...