sábado, 28 de diciembre de 2013

Alambrada...

Quien pone alambradas en su vida elimina todas las posibilidades... Déjame entrar, abre una puerta, una ventana por pequeña que sea... Me adapto a cualquier circunstancia y acepto las consecuencias... No me evites, no me rechaces...

Ella abrió de par en par su alma... Apareció completamente desnuda para él, sin alambradas, sin protecciones, sin escondites... Y le dijo lo que realmente sentía: 
Eres mi despertar por las mañanas, mi aliento durante el día y mi sueño por la noche...

Y él la amó más todavía, porque ya no habían secretos, porque ya no quedaban dudas, porque ella se había entregado y él sabía como quererla...

Y la fuerza que tenía su amor sedujo a las mariposas, a la fragancia de las flores, al murmullo de los arroyos, al susurro del viento entre los árboles, a la mismísima Luna que, a partir de esa noche,  brilló por fin plena... para siempre...