que olvidé expresarme de otra manera.
No recordaba lo fácil que es decir lo que quieras
aunque incomode o no guste, aunque duela...
Empecé poco a poco, discretamente,
con tacto y una pizca de picardía.
Me gustó tanto que no pude pararme,
demasiadas palabras, sentimientos reprimidos,
mucho dolor acumulado y todos los miedos
lanzados, de pronto, a la cara y no a la espalda...
Pero aprenderé a callarme silencios,
a hablar hasta que los malentendidos se resuelvan,
a gritar suavemente, a reír a carcajadas,
a hacerme oír y, cuando lo merezca,
ser acallada....
Quiero dejar de ser esclava de mis silencios y volver a ser dueña de mis palabras... |