jueves, 22 de agosto de 2013

La Isla de los Iguales.

Hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños, todos eran iguales.
Se sentían idénticos y no existían los celos, ni la envidia, ni el rencor.
Habían grupos de trabajo distintos, pero la recompensa por el esfuerzo era la misma para todos: comida, ropa cuando el frío arreciaba, una casa igual con los mismos muebles y accesorios...
Todos cooperaban y participaban en la toma de decisiones.
Y eran felices.

Una tormenta trajo restos de un naufragio... Una caja de madera llena de fotos de personas diferentes.
Hombres, mujeres, ancianos y niños en lugares y casas diferentes.

Todos y cada uno de los habitantes de la isla empezó a preguntarse porqué eran iguales, porqué vivían en casas iguales, porqué el pastor tenía una casa igual que el médico o el maestro.
Y buscaron y encontraron diferencias entre ellos.
Uno tenía una cicatriz en la pierna.
Otra un lunar en el brazo.
Los campesinos tenían la piel más oscura y los tejedores más clara.
Los ancianos más arrugas y los niños eran más bajos.

Y la envidia y los celos y el rencor se alimentaron de las diferencias.
Y los niños soñaban con las personas diferentes que tenían cosas diferentes.
Y los jóvenes construyeron una balsa y partieron en busca de otras gentes.

Y al cabo de unos años los ancianos murieron solos.... de hambre, frío y olvido.


Y la isla quedó vacía para siempre.