miércoles, 3 de abril de 2019

La relatividad del tiempo.

El tiempo pasa rápido,
lo escuchas constantemente
y a veces es así.

Ojalá pudiese elegir
cuando quiero que corra
y cuando que se detenga.

Que la vida me diese más tiempo
para querer, para reír, para soñar.

Que me lo quitase de un plumazo
para no sufrir, para no llorar.

El tiempo todo lo cura.
Y yo digo que es mentira.
Las heridas no las sana
y si lo hace una cicatriz
para siempre las recuerda.

Quedan muchas por cerrar
imposibles de curar,
las pérdidas no las devuelve
ni las olvidas jamás.

Algunas no quieres
que desaparezcan
como un sueño al despertar,
aunque sean de pesadilla.

Son las que más duelen,
las que te dan lecciones
que no quisiste aprender,
en las que  no pensaste.

Te aferras al recuerdo
hasta disfrutando del dolor,
piensas que peor es el olvido
y la sensación de vacío.

Nada llena ese hueco
que mantienes abierto.
No tienes ilusión ya que
no puede ser reemplazado.

Sigues tu camino
pero todo ha cambiado
Ya no eres la misma,
aunque arrincones la ausencia
varias veces al día llama a tu puerta
la persistente melancolía.

La conviertes en tu aliada,
la partida la tienes perdida
Rememoras más bueno que malo,
en ocasiones sonreirás,
no calma pero ayuda.

Y consigues tu objetivo
que no es otro que recordar.

A todas las personas que quise y perdí,
os echo de menos