martes, 15 de marzo de 2016

Cuatro estaciones

El amor es una fuerza que ni se crea ni se destruye,
que no buscas pero te encuentra, 
que no esperas pero que llega,
que asusta pero te gusta,
que te llena sin darte cuenta.

Es como un perro callejero,
que te sigue y entra en tu casa,
se sienta a tu lado en el sofá,
se tumba a los pies de tu cama,
y te susurra que te hace falta.

Como un domingo de invierno, 
con una manta, un té y un buen libro,
que apetece y que disfrutas,
y cuando termina estás satisfecha.

Como un sábado noche en primavera,
excitante y ruidoso, 
con muchas pretensiones,
descaro y poca vergüenza.

Como un paseo en otoño, 
lánguido, melancólico, 
que no quieres que termine 
porque te da tranquilidad y hace que pienses que de verdad vale la pena.

Como un día de playa en verano, 
alegre, distendido, sin tapujos, 
que te invita a mojarte, a jugar 
y no pensar en las consecuencias.

Es todas las estaciones, 
todos los días, 
todas las noches,
aunque no quieras.